sábado, 18 de mayo de 2013

REFLEJOS por Dana



La frialdad de un cristal contrasta con unos ojos ardientes y perturbados, que se clavan en mi cuerpo, su aire caliente empaña mi cuello, quiero resistirme a mirarlo, sus manos recorren mi piel buscando el encanto escondido, le siento detrás y me van acariciando de arriba hacia abajo- mírate, eres el pecado- ¿yo? Pecado, debe ser llegar  a la mortalidad y revivir en el goce más dominante del deseo reflejado que tengo ante mis ojos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quisiera para mi, esa muerte todos los dias