jueves, 29 de noviembre de 2012

LA LEONA HERIDA por R.R.




Estoy en el British Museum, pero no estoy aquí. Estoy en la sala de los bajorrelieves asirios pero mi mente y mi cuerpo se encuentran en una alcoba escondida a miles de kilómetros de distancia. La leona herida que estoy viendo huele a hembra. Sus caderas son de piedra esculpida. Soy yo quien la hiere con la flecha que guardo entre mis muslos. La tengo paralizada. Sus muslos no pueden moverse. Sus manos, garras crispadas, arrugan la sábana. Su melena, más propia de león macho que de hembra, es rubia como el sol del mediodía que luce tras la ventana. Ruge cada vez que la acometo con una embestida. Se duele de placer por dentro. La estoy escuchando aunque el vigilante no lo perciba. Entonces me doy cuenta de que el herido soy yo. Me está matando con su belleza, y no puedo hacer nada por impedirlo. Ni quiero.

6 comentarios:

L.N.J. dijo...

Excelente. Este relato es buenísimo, despierta todos los sentidos dentro de una sensualidad bestial.
¿Cómo puedes llegar así a las mujeres?. Con ese final, delicado y entregado.

FELICIDADES

Rascaviejas dijo...

Conste que es de R.R. ...

L.N.J. dijo...

Es cautivador Rascaviejas, no sé si llega a otras mujeres como ha llegado a mi.
El título y la forma de describir la escena, es tan delicada como brutal.
Me encantaría saber quién es R.R.

Gracias y un beso.

Anónimo dijo...

Con un león así, no hay quien se resista!!, Ufff.. Artístico y sensual relato, hasta en su abreviado nombre se adivina el rugido. R.R. al leerte provocas el mío, escucha,ahora soy yo la que ruge,¡¡¡GRRRR...!!!

Anónimo dijo...

rugidor a la par que sensual, final muy cuidado.

L.N.J. dijo...

Quizás este relato en la voz de Leonard Cohen, sea, otra maravilla más. Pero vamos a quedarnos aquí, en casa, donde igual valor tienen muchas palabras.

R.R., gracias.