martes, 28 de febrero de 2012

EL PRIMERO EN CAMPANA por Asun Jiménez

Ahí fue el primer beso, entrando en Campana. No era Semana Santa, pero sí llevábamos una semana de pasión, de ardientes mensajes aunque comedidos...‘menos paso quiero’, dijo.

Dar vueltas en la cama imaginando como serían nuestras caricias, nuestros besos, el contacto de nuestra piel, de nuestros fluidos. Fue un beso tan apasionado como temido.... 'de frente, siempre de frente'.

Llegó el encuentro. En su primera embestida noté en mis carnes no solo la dureza y ardor de su ser sino lo propio de un ‘jartible’: Esto empieza a acabarse.


viernes, 24 de febrero de 2012

MI PRIMERA VEZ por José Perona


Temblando iban mis labios
hacia el desnudo misterio de su cuerpo
de suaves pezones y roquedos pechos.
Me doblego ante ellos como una víctima
y me baño apasionado en la impureza
de su entrepiernas ardiente,
donde entregado en la locura sensual,
de sabores y de aromas,
me dejo llevar y tocar y disfrutar
por una lengua dócil, entrenada y desconocida,
que ensucia ya su boca palpitante
de mi blanca sangre a golpes lentos y mudos
como una caricia oculta.

domingo, 19 de febrero de 2012

SILOGISMO


Si lo esencial es invisible a los ojos, si ojos que no ven corazón que no siente, lo esencial se siente sin necesidad de mirar…

domingo, 12 de febrero de 2012

A UN EXTRAÑO por Mila



Voy por las calles de Sevilla ,pisadas con zapatos altos, segura de mí misma, creo que hasta guapa, muerta de frío pero con un gran calor en mi interior, sensación casi placentera, miro a la gente, que pasan por mis ojos a cámara rápida, hoy no me interesa nada ni nadie, no existen ni problemas ni crisis, sólo aquél extraño.

Todo a veces no ocurre como puedas pensar, puede llegar a ser incluso mejor, llegados al punto donde ambos deseábamos, lo tengo frente a mí, su mirada delata deseo contenido, la mía por otro lado se muestra lasciva pero con cierto miedo y nerviosismo, como si me encontrara con un hombre la primera vez, lo quiero dar todo y nada.

Nos desnudamos lentamente y con parsimonia, todas nuestras ropas van cayendo, nos besamos con pasión, caricias sobre caricias, apenas necesitamos hablar, y voy recibiendo un placer olvidado y dulce, siento su respiración fuerte surcar por todo mi cuerpo, el deseo anhelado me puede, todo en él me pone muchísimo, tengo delante de mí a un hombre entregado al que le gusta mi sensualidad y me lo da todo, absolutamente todo, sobre él siento sus embestidas lentas como me gustan, llega el primero, el segundo y unos cuantos más...mi cuerpo por una parte recibe un sumo placer con gemidos tal vez controlados y paradójicamente tímidos; mi mente, se encuentra en tinieblas.

Ahora que lo recuerdo todo desde la distancia, algo viene a mi pensamiento "me vuelves loco"....

sábado, 11 de febrero de 2012

NUEVAS COSTUMBRES


Nunca tendrás palabras para agradecer que aquel 14 de febrero tu vecina olvidara a San Valentín, a las dichosas cartitas y a la estúpida manía del rojo como vestimenta...

martes, 7 de febrero de 2012

ANSIADO REGRESO por Asun Jiménez


Abrí la puerta con desgana y me di de bruces con sus ojos, unos enormes ojos a los que nunca pude sostener la mirada, aunque esta vez lo hice emulando a una mujer segura.
Hacía tiempo que había dejado de esperar un posible regreso, me había rendido ante la evidencia de su desinterés o, más bien, de su rechazo. Lo invité a pasar. Antes de que pudiera pronunciar palabra decidí besarlo. Sellé sus labios con un beso dulce e intenso como los que él me daba hace tan solo unos meses. Sus brazos me amarraron mientras sentía en mi pecho el rápido latido de su corazón y en mi vientre las ansiosas embestidas del suyo. No hacía falta hablar nada ¿para qué? estaba allí, quitándome la ropa a trompicones, como siempre solía hacerlo, devolviéndome los besos como loco. Sus dedos recorrían mi cuerpo ya desnudo mientras mi lengua transitaba por su piel. Comencé lamiendo su cuello y seguí hasta llegar a sus pezones. Los pezones de un hombre son bastante desconocidos e ignorados pero ineludibles para encender el fuego venidero. Seguí deambulando por su abdomen, rodeé su ombligo, mordí sus ingles y mimé con mis labios todos los alrededores antes de centrarme en lo que realmente me obsesionaba. Estaba hoy dispuesta a tener agujetas hasta en la lengua de las ganas que tenía de saborear el codiciado manjar que la vida me volvía a ofrecer. Me lancé con ganas, pero antes me aseguré de que me estaba mirando. Siempre lo hace y me encanta. Me aparta para intentar agasajarme de la misma forma, pero verlo tumbado es demasiado tentador y aprovecho para ponerme sobre él. Vuelvo a mirarlo muy segura esta vez mientras no deja de manosear mis pechos. Ahora que lo siento dentro de mí entiendo tanta añoranza, tantos pensamientos cargados de deseo… y es que el placer es casi infinito. Lo cabalgo con suavidad pero llevando yo el ritmo, es el único momento de todos en el que la que manda soy yo. Mis gemidos se vuelven gritos y su mirada se vuelve ufana: sabe que me tiene loca. Quiero que cierre los ojos, que disfrute sin ver como mi rostro se deforma por tanto goce.
Han pasado horas, no sé cuantas…me ha despertado un sudor que se ha helado al comprobar que mi amante no está, que nunca ha regresado.
Ayer nos cruzamos entre la gente. Su mirada fue neutra, la mía lo intentó.

viernes, 3 de febrero de 2012

TIERNAS PRIMAS

Desde su más tierna infancia habían cargado con la odiosa comparación evangélica. Marta y María. Primas carnales. La hacendosa y la espiritual. La trabajadora y la que dejaba trabajar…
En las reuniones familiares siempre se alabó la ternura de sus gestos y la calidez de su presencia, una inocente complicidad que, según todos y cada uno de sus familiares, creaba el mejor calor de hogar en torno a su compañía…
- Qué bien se complementan las dos. Están hechas la una para la otra…
Una teoría que se hizo realidad en las tardes de aquel largo y cálido verano. La siesta familiar parecía el decorado ideal para aquellos encuentros. La desnudez juvenil de sus cuerpos hacía el resto. En el patio, los cuerpos tamizados por la cegadora luz de la tarde se entregaban al placer. Placeres prohibidos. Si los pechos de Marta se bañaban en sudor, la mano de María acudía pronta. Si las caderas de Marta demandaban humedad, la lengua de María acudía solícita. Si la relajación sesteaba en los pezones de Marta, la boca de María conseguía la mayor de las durezas. Si el calor se concentraba en el sexo de cualquiera de ellas, su tierna prima lanzaba sus caricias con los diez dedos de sus manos o los correspondientes de sus pies. Si una se abría, la otra entraba; si una llegaba seca a los encuentros, volvía a su habitación con las más secretas humedades descendiendo por su entrepierna… Cosas de familia. Encuentros profetizados desde la más tierna infancia.
Alguien les recordó en alguna ocasión la seráfica letanía de poner paz en la guerra, perdón en las ofensas, armonía en la discordia y luz en las tinieblas…Con una pícara sonrisa respondieron casi al unísono. Contestaron que en su vida no se empeñarían en ser consoladas sino en consolar, en ser comprendidas sino en comprender, en ser amadas como en amar… Ya habían comprendido que dando se recibe y, olvidándose del mundo, se encuentra el mejor de los placeres… Una sabia y tierna letanía que toda la familia comprendió…
Una familia que todavía celebra el juramento, solemne, de los votos perpetuos de las dos tiernas primas…